Entra en el módulo con paso indeciso. No por ser primerizo sino debido a su aspecto físico. De todos los patios anteriores salió rebotado. Cuerpos como el suyo no son bien recibidos y menos con un delito de violación a cuestas. Eso sí que no cuela.
Tiene una cabeza desproporcionada a su reducido cuerpo, los ojos, uno en ascenso, el otro caído sobre su órbita. Carga con una joroba achepada y las piernas enclenques de tibias raquíticas finalizan en diminutos pies. En sus largos brazos se registran las huellas encostradas de una costumbre arraigada en estas casas: la de chinarse. Es su táctica favorita y los funcionarios están al corriente. Los otros reclusos se pispan nada más verle.
Permanece parte de la mañana alrededor de la garita de los funcionarios lanzando fugaces miradas de soslayo al patio. Todos lo observan al pasar junto a la puerta de entrada. "Este menda no mola ni un tanto así", comentan entre ellos. No conocen aún su crimen, pero la imagen de decadencia física y su continuo titubeo hacen presentir tormenta.
-Dile al Guarín que mire la ficha del que ha llegao. Me da mala espina- ordena el Manu, Kie del módulo, a uno de sus machacas. Éste último se da un ligero tajo en la yema del dedo que comienza a sangrar. Entonces se acerca a la garita mientras con un rápido mirar observa al nuevo elemento.
-Don Juan Carlos, ¿puedo salir un momento a Enfermería? Es que me he cortado con una lata de Coca-Cola- pregunta al funcionario con cara de despiste.
-Joder, niño, siempre tienes algo. Anda, ve a que te curen y no me des más la plasta- le comenta éste distraído mientras acciona el botón de apertura de la puerta corredera.
Dirige sus pasos a la zona de Administración y mirando velozmente a izquierda y a derecha asoma su cabeza a través de una puerta.
-Psss, ese Guarín- silba y llama con tono contenido a un interno que deambula en ese momento por la oficina. El otro se acerca rápidamente a la puerta.
-Te he dicho que no te garbees por aquí, compi, que me van joder. ¿Qué coño quieres ahora?
-Dice el Manu que le eches una visual a la ficha del nuevo, ese que parece un Francastei o como se llame ese monstruo- le suelta en tono jocoso.
-Bueno, ya lo miro y después os digo algo. Ahora pírate- y cierra la puerta en sus narices, obligando al machaca a seguir su camino a Enfermería.