Submitted by jorge on Wed, 29/07/2015 - 12:17
Llevamos avisando de un tiempo para acá del incremento presupuestario y por ende, humano, de la Administración Penitenciaria en favor de la Seguridad Privada, reduciendo los efectivos y presupuestos de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.
No es que seamos unos arduos defensores de estos cuerpos, pero lo somos menos, mucho menos, de la privatización de la seguridad exterior de las prisiones, que con el correr de los tiempos se tornará en la privatización total de las cárceles al estilo de las sociedades anónimas penitenciarias de los Estados Unidos, donde priman los beneficios y mantener satisfechos a los accionistas en detrimento de la situación y estado de los internos.
Nos llama especialmente la atención que a estos cuerpos les nieguen nuevos equipamientos esenciales y renueven parte de su parque móvil –ni chalecos antibalas nuevos, ni coches a estrenar- mientras el gasto de la vigilancia privada exterior de las prisiones ascienda a 33 millones de euros anuales.
Además de esto, el remplazo de los jubilados en los Cuerpos de Seguridad del Estado es tan solo del 10%, por lo que se reduce año tras año, mientras los contratos realizados con las empresas privadas de seguridad va en aumento.
Nos preocupa que las prisiones queden en manos de empresas privadas con ánimo de hacer el lucro exprimiendo a los internos, o que los fondos buitre internacionales terminen absorbiendo todas las sobras de unas entidades públicas y privadas mal gestionadas, pero que en el fondo tan solo gestionan seres humanos.