Submitted by jorge on Mon, 03/03/2014 - 07:34
En nuestro post del 11/12/2013, “LO QUE NOS FALTABA POR… SOPORTAR”, hacíamos referencia a la incongruencia de la nueva Ley de Seguridad Privada, donde las competencias de los Vigilantes de Seguridad se aumentan hasta casi rozar las de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.
No nos equivocábamos.
La semana pasada, dos vigilantes jurados hirieron de un tiro en una pierna a un joven que, acompañado de otros, habían irrumpido en el Metro sin pasaje y con ánimo de buscar bronca.
Lo importante del caso no es la trifulca en sí, sino que uno de los vigilantes utilizara su arma de fuego para poner fin a una discusión o pelea entre los jóvenes y ellos.
Comentábamos en ese post, que muchos de los Vigilantes de Seguridad son frustrados integrantes de la Policía o de la Guardia Civil que, en su momento y por motivos diversos, no pudieron acceder a estos cuerpos.
Entonces, ¿en qué cabeza cabe, entregar un arma de fuego a un elemento sin apenas preparación y con cierto tipo de carencias de autoestima dada su imposibilidad de acceder a un escalafón profesional mayor?
http://politica.elpais.com/politica/2014/03/01/actualidad/1393697819_973082.html
http://politica.elpais.com/politica/2013/12/10/actualidad/1386709736_438678.html