Submitted by jorge on Thu, 21/03/2013 - 10:19
En la década de los 80 y 90 ser sicario en Colombia, en especial, en Medellín, era un empleo bien remunerado.
Comenzaban a los 14, 15 años a lo sumo; se buscaban un compi que fuera diestro en el manejo de la motocicleta y, entre lo aprendido en sus barriadas y los cursos rápidos de adiestramiento en el manejo de las armas, en pocos meses salían en grupos de a dos… a quebrar.
Eran tantos los objetivos y la guerra entre cárteles tan sangrienta, que nuevas hornadas de niños sicarios se integraban de continuo a la nómina de los Patrones.
La mayoría de esos bebés-asesinos murieron en el cometido de su encargo, muchos otros se perdieron enganchados a la droga, al Bazuco, y los pocos que sobrevivieron terminaron con sus huesos en prisión.
Ahora reaparece el más renombrado de dicha época, John Jairo Velásquez -exjefe de sicarios de Pablo Escobar-, tras 21 años de permanencia en prisión, y sin muchas ganas de volver a apretar el gatillo.
Aunque si le buscan las cosquillas, quizás se encuentren con el plomo de su fierro.
¡La cabra siempre tira al monte!
http://www.elmundo.es/america/2013/03/19/colombia/1363722053.html