Submitted by jorge on Wed, 28/08/2013 - 09:11
Que a nadie se le ocurra robar unos euros a o en un Banco u otra entidad de peso, porque es detenido y el juez instará su entrada directa en prisión.
Pero si por el contrario, el robo, el desvío o la manipulación del dinero o de las cifras se lleva a cabo a gran escala, el trato que la policía y el juez dispensarán al chorizo, que pasa de ser chorizo a DON, es diametralmente opuesto.
Tal como notifican los medios, “Javier Martín-Artajo, exsupervisor de estrategia de inversiones de la oficina de JPMorgan en Londres, tras ser detectado en Madrid en su domicilio del barrio de Retiro, los agentes del Grupo de Localización de Fugitivos de la Unidad de Delincuencia y Crimen Organizado (UDYCO) conversaron con él y le convencieron para que se presentara en dependencias policiales al existir una orden internacional de detención”.
Llama la atención, que los agentes de Policía CONVERSARAN CON ÉL Y LE CONVENCIERAN para que se entregara, cuando a cualquier ladrón del tres al cuarto lo detienen, le quitan lo que lleve encima, le dan una somanta de palos para que confiese y lo encierran en el calabozo hasta que el juez crea oportuno llamarlo a declarar en las 72 horas posteriores a su detención.
Pero claro, como lo defraudado, falseado, desviado o el delito que se le impute al pájaro en cuestión asciende a varios miles de millones de dólares y la acusación contra él es de índole internacional, se le convence para que se entregue, se le mantiene un par de horas en el calabozo y, después de la declaración realizada ante el juez, se le vuelve a dejar en libertad.
La vara de medir para estos casos pierde su carácter rectilíneo en favor de la curvatura.
http://www.expansion.com/2013/08/27/empresas/banca/1377599389.html