Submitted by jorge on Mon, 02/07/2012 - 09:25
Un país como el nuestro, en proceso de desertización, no puede ni debe permitirse el lujo de ver desde la barrera como arden los escasos bosques, sierras y parajes.
Ni se previene con la suficiente cautela, ni se castiga con la necesaria dureza, de ahí que cualquier mindundi –por no utilizar un vocablo más abrupto- negligente o delincuente, pueda raspar un fosforito y provocar su propia Roma, a falta de una lira y unas odas para acompañar ese “magnífico” espectáculo.
No se debe permitir que un fuego arrase 50.000 hectáreas de una región en un solo incendio, máxime, cuando cada tantos años se repite semejante catástrofe en el mismo lugar y estación.
No sé a qué Ministerio compete este apartado, si al de Agricultura, al de Medio Ambiente, al de Justicia o a cualquiera de éstos una vez provocado el incendio, pero los iluminados que estén al frente de estas competencias, deberían tomar cartas en el asunto y prevenirlas de manera tajante y/o endurecer actuaciones penales de forma inmediata.
http://www.lasprovincias.es/20120701/mas-actualidad/sucesos/incendio-sigue-control-201207010227.html