Submitted by jorge on Fri, 28/09/2018 - 06:43
Esta es una noticia de fin de semana, pero de esas positivas, de las que alegran la lectura.
3 estudiantes de Derecho de la Universidad de Georgetown, Estados Unidos, han logrado demostrar que un preso que llevaba 27 años tras las rejas, sea declarado inocente del crimen por el que se le condenó.
Valentino Dixon entró en 1991 en un supermercado de Buffalo en el que se perpetró un asesinato. Al escuchar los tiros y ver un muerto, huyó del lugar por encontrarse en Libertad Condicional de una causa; lo grabaron las cámaras del local.
A los dos días, el asesino, un tal Scott, confesó en una televisión local que él había cometido el crimen, con lo que el caso estaba cerrado, pero el Fiscal Belling, que llevaba dicho caso, no le creyó y lo dejó libre, encerrando a su vez a Dixon, al que se condenó con posterioridad.
A los 2 años, Scott ingresó en prisión y fue a parar a la celda de Dixon, confesándole a este último que él había cometido el asesinato del supermercado.
En base a este testimonio y a la grabación de la televisión, el abogado de Dixon apeló en diversas ocasiones y durante 20 años, pero sin lograr resultado alguno.
Un profesor de la Universidad de Georgetown, Marc Howard, junto a un abogado exconvicto injustamente sentenciado, se han dedicado a ayudar a presos que se encuentran en condiciones similares a la de este último, dando cursos universitarios y charlas al respecto.
A estos cursos acudieron los 3 alumnos de Derecho de dicha Universidad que, manos a la obra, eligieron el caso de Dixon para realizar la práctica.
Lo primero que hicieron fue entrevistar al Fiscal Belling, el que llevó el caso de Dixon, que negó reiteradamente que hubiera habido algún error en la instrucción, aunque si comentó que el análisis de pólvora en manos y ropa de Dixon dio negativo, resultado que la Fiscalía no comentó a la Defensa de Dixon en su día, a pesar de que era obligatorio por Ley.
Con este nuevo argumento, los 3 estudiantes, con ayuda del profesor, apelaron y lograron la Libertad de del preso.
La Moraleja de esta historia es que aunque existen pocos inocentes en prisión, muchas veces los sumarios se pervierten por omisión o mala praxis, motivo que puede llevar a un inocente a pasar el resto de su vida encerrado y señalado.