Submitted by jorge on Mon, 24/04/2017 - 06:14
Holanda de nuevo.
Desde que en el 2002 la Ley que autoriza en Holanda la Eutanasia se legalizó, ya son 8 los menores que la han solicitado y a los que se les ha aplicado.
Pero el último caso, el de un menor que padecía un tumor maligno con posteriores metástasis cerebrales que lo llevaron a un sufrimiento continuo por esa enfermedad incurable, se ha resuelto en el lapso de 6 días desde que dicho joven transmitiera a un médico su deseo de no seguir viviendo.
Carecía de calidad de vida, vivía sedado y su cáncer iba en progresión ascendente, por lo que tras consultar a otro médico independiente y la autorización de los padres -al igual que en los 7 casos anteriores donde fue afirmativa-, los médicos aprobaron la solicitud del menor y le indujeron el coma e inyectaron una solución intravenosa que dio fin a su vida.
Qué a un enfermo incurable pero con las facultades mentales intactas, como es el caso de este joven, se le acepte su deseo de morir, es propio de una Administración, como la Holandesa, de una madurez fuera de toda duda, dado que en la decisión final es primordial la determinación del enfermo incurable de morir apoyado por la autorización de los facultativos y de sus progenitores, y no la moral religiosa ni la social, que no entran a valorar el sufrimiento del moribundo sino el quebrantamiento de los dogmas religiosos y sociales.