Submitted by jorge on Mon, 26/01/2015 - 18:03
Un proyecto innovador se ha llevado a cabo en una Penitenciaría de Mujeres en Paraguay.
Una empresa internacional de automóviles instala sus talleres en dicha prisión y promueve los cursos de capacitación de todas sus reclusas; posterior a ello, ellas tendrán un trabajo por el que cobrarán un jornal y saldrán de prisión con una experiencia laboral acreditada.
Nos sorprende, no obstante que, para adecuar la prisión, esta empresa haya tenido que realizar una inversión, tal como dice la noticia: “… la primera medida adoptada por Fujikura fue adecuar las instalaciones de la penitenciaría a los estándares de calidad exigidos por la empresa”. Es decir, que los estándares de calidad que exige la empresa son mayores de los que impone la Institución Penitenciaria para sus presas.
Bien, por esta propuesta que saca a las internas del patio a los talleres, donde aprenden y cobran. Mal, por modernizar la prisión a los estándares de la empresa y no, con anterioridad, al de las reclusas.