Submitted by jorge on Thu, 11/10/2018 - 06:43
Una vez más, nos damos de bruces con una noticia referida a unas detenciones realizadas por la Guardia Civil y el Seprona en relación a un expolio de obras arqueológicas.
Y si antes los expoliadores de piezas arqueológicas robadas a nuestro suelo, a nuestros mares y a nuestras iglesias e inmuebles históricos, colocaban dichos objetos con ciertas dificultades en el mercado nacional e internacional a coleccionistas privados, ahora, con el uso masivo de Internet, la venta ilegal de estas piezas robadas se ha simplificado de manera exponencial al crecimiento de los usuarios de la Red.
En esta ocasión, agentes de la Guardia Civil, han localizado 92 objetos de valor sustraídos en yacimientos celtíberos y puestos a la venta en una web especializada en venta de objetos arqueológicos.
A raíz de ello, han detenido a 4 personas y a la espera de detener a una quinta, en el marco de la Operación Muserola, que además de los objetos arqueológicos, ha sacado a la luz cantidades de dosis de droga para la venta.
El botín constaba de puntas de lanza, bridas, bocados de caballo, regatones, hojas de puñales y hasta una espada de la Téne, inexistente en la mayoría de nuestros museos, además de localizar los yacimientos, a los expoliadores, a los vendedores y a los receptores, así como sus domicilios y lugares de recepción de mercancías en Toledo, Burgos y Cantabria.
Ahora, el Juzgado nº 2 de Burgos lleva el caso, a la espera de una vez celebrado el juicio, repartir las piezas robadas por los diferentes museos arqueológicos de la península.
El expolio y la venta ilegal de obras de arte y objetos extraídos de yacimientos arqueológicos de la tierra y del mar, es uno de los negocios más lucrativos existentes en las redes internacionales de venta de antigüedades, pero lo que hasta hace unas décadas era un negocio sencillo, en cuanto al expolio, ahora se ha convertido en un negocio de riesgo y penado con años de cárcel para los que lo lleven a cabo.
Ojo, encontrar ahora unas moneditas romanas o unas falcatas celtíberas ya no es un souvenir, sino una prueba de un delito.
https://elpais.com/cultura/2018/10/09/actualidad/1539077808_195788.html