Submitted by jorge on Mon, 17/02/2020 - 06:26
España es uno de los países con un mayor patrimonio arqueológico que, en muchas de las ocasiones, por falta de medios humanos o económicos, no son sacados a la luz, estudiados, custodiados o mantenidos a salvo de los depredadores.
De ahí que los expoliadores de tesoros, con potentes detectores de metales, accedan por las noches, azada en mano, a dichos emplazamientos y comiencen a excavar en los lugares donde el sonido del detector les indica, en busca de monedas, armas o instrumentos de metal de mayor valor.
Por ello, la Guardia Civil lleva décadas controlando los yacimientos y lugares arqueológicos señalados, a fin de evitar esta catástrofe cultural, dado que este tipo de personas no realizan los estudios del lugar donde excavan, tampoco los dibujos pertinentes detallando los diferentes estratos y el lugar de excavación, mucho menos la restauración y conservación adecuada de los bienes expoliados.
El Juzgado de lo Penal 13 de Sevilla ha condenado por ello a 3 hombres de 53, 52 y 34 años a 6 meses de prisión y a pagar una multa de 5.000€ a cada uno de Responsabilidad Civil por un delito de tentativa contra el Patrimonio Histórico en el yacimiento tartésico de Montemolín, Marchena, Sevilla, del siglo IX a. de C, además de sufragar las costas del procedimiento judicial.
Lo llamativo del caso es que hayan podido condenarlos sin hallar en su poder ninguna pieza arqueológica, aunque sí por encontrase en la zona del yacimiento a las 23,40 de la noche, detectores y azadas en mano.
La única manera de frenar, que no acabar, con esta plaga, es la concienciación de la ciudadanía sobre nuestro Patrimonio Cultural por un lado y, el de la lucha de las Fuerzas de Seguridad del Estado por controlar los yacimientos existentes por otro, ambas difíciles tareas y que llevarán años de educación y control.