Submitted by jorge on Fri, 11/12/2015 - 06:48
Algo está ocurriendo en nuestra sociedad, para que las personas reaccionen ante una catástrofe, crimen, accidente o ataque grabando la acción con su teléfono móvil en lugar de ayudar, socorrer o intervenir.
Y no necesitamos trasladarnos en el tiempo para analizar esta situación, tan solo recuperar las imágenes grabadas en los últimos atentados de París o en la agresión terrorista llevada a cabo por un individuo en el metro de Londres.
En lugar de asistir a los heridos, los demás asistentes a esos hechos violentos no se les ocurrió mejor idea que comenzar a grabar de inmediato las agresiones.
¿Por qué?
Pues de acuerdo a los estudios psicológicos realizados al respecto, estas tomas fotográficas y de vídeos “dan sentido a lo ocurrido”, se tornan como “trofeos” para los improvisados cámaras o, según la psicoterapeuta Einar Jenssen, “los jóvenes están acostumbrados a ser observadores en sus propias vidas a través de las redes sociales, y lo mismo sucede en momentos traumáticos. Acuden con un teléfono móvil en cada evento. Es bastante sorprendente, ya que de hecho asciende a los instintos de los mamíferos. Si se considera en términos evolutivos, se explica por el deseo de mantenernos seguros. Claro que uno no estará protegido [físicamente] convirtiéndose en un observador, pero internamente sí que lo estará, esto protege al cerebro".
Increible, pero parece ser la explicación más razonable para este extraño comportamiento colectivo:
ANTES FOTOGRAFIAR QUE AYUDAR.