Submitted by jorge on Tue, 24/03/2020 - 06:26
En las prisiones españolas existen talleres de producción donde un importante número de presos trabajan para ganarse un salario que, o bien envían a sus familias en caso de que estas lo necesiten, o guardan y acumulan a fin de que a su salida en Libertad cuenten con un remanente para comenzar una nueva vida.
No es una cantidad astronómica -no está nada bien pagado-, pero a falta de algo mejor y estar dando vueltas en el patio sin oficio ni beneficio, nos parece que realizan un trabajo más que digno y remunerado.
Por ello y porque hay más de un centenar de empresas externas que ensamblan o producen sus productos en prisión con acuerdos y convenios que mantienen con Instituciones Penitenciarias para que esos 12.500 presos de las cárceles españolas tengan una ocupación, Grande Marlaska no deseaba paralizar los talleres de las cárceles a pesar de las continuas quejas presentadas por el sindicato de Funcionarios ACAIP-UGT a fin de que se cerraran para evitar el contagio de los Internos y Funcionarios ahí presentes.
Al fin, este fin de semana pasada, el Ministerio del Interior dio orden de cerrar temporalmente los talleres de prisiones para evitar el contagio por medio del Covid-19 por una parte y, por la otra, debido a la bajada de la producción de las empresas por encontrarse prácticamente paralizadas.
Esta paralización afecta al 20% aproximadamente de la población reclusa de España que realiza estos trabajos en talleres, ya que los Destinos o trabajos diarios dentro de prisión y que llevan a cabo otros tantos de presos, o no están remunerados o simplemente les pagan unos salarios de miseria que apenas les proporcionan recursos para el café y el tabaco en el patio.
De ahí que este bloqueo no solo afecte a las empresas externas, sino que, en especial, lastran la débil economía de los Internos que desean ayudar a sus familias o labrarse un pequeño trampolín para zambullirse a su salida en las aguas de la Libertad con un flotador, qué mínimo.