Submitted by jorge on Fri, 10/11/2017 - 06:43
Si en España contamos con prisiones con una habitabilidad buena en comparación a otras de diversos continentes y de la mayoría de los países de la misma Europa, qué decir de la cárcel que han creado, intempestivamente, en Riad, el Hotel de superlujo Ritz-Carlton, a fin de hospedar a los “delincuentes de lujo” que, de la noche a la mañana, fueron detenidos en Arabia Saudita.
Porque 11 han sido los príncipes que han caído en desgracia y han sido detenidos e imputados, además de 4 ministros y varias docenas de exministros, ahora todos “hospedados” en una salón del hotel con una capacidad para 2.000 comensales, cada uno con un gran colchón King Size y mantas de angora.
Toda esta gran purga contra la corrupción ha sido instigada por el príncipe predilecto, Mohammed Bin Salman, que desde un tiempo para acá se ha erigido en el hombre fuerte del país.
El gran hotel Ritz-Carlton, inaugurado hace 6 años, con 492 habitaciones y toda suerte de lujos, y por donde han pasado presidentes como Donald Trump y otros, se encuentra ahora vacío a excepción de los detenidos y custodiado por carros de policía que cubren el perímetro de los 200.000 metros cuadros que ocupa ese terreno.
Por mucho lujo que dispongan los ahí recluidos, este centro hotelero es actualmente una cárcel y así se mantendrá por un tiempo.
Una jaula de oro, sin barrotes, pero sin Libertad.