Submitted by jorge on Thu, 06/04/2017 - 06:56
En 2009, la Justicia Francesa por orden del Gobierno Suizo detuvo al ingeniero informático francés Hervé Falciani del banco HSBC de Ginebra, y se hizo con archivos de 130.000 defraudadores fiscales, de los cuales, 24.000 eran europeos y 659 españoles.
De esos defraudadores españoles, Montoro apenas dio nombres, por los motivos que sean, aunque alguno que otro saltó a la palestra, como el caso de Emilio Botín, que con unos “míseros” 200 millones de euros de nada, regularizó su situación con Hacienda y aquí Paz y después Gloria y, judicialmente, nada ocurrió.
A otros los juzgaron y cuando llegó el momento de pagar su condena con prisión y abonar su deuda por medio de una multa, o huyeron del país, como es el caso de Jacob Benzaquen, que días antes de ratificarse la condena de 7 años de prisión y 21.000 millones de euros, se fugó a Israel y listo, como era judío y tenía pasaporte israelí…, o se declararon insolventes, aunque entraran en prisión, como es el caso de Sixto Delgado, que con 6 millones de euros en su cuenta en el momento de la investigación, si paga cárcel pero no los 14.000.000 de euros de multa por asegurar “que no tiene dinero”.
Pocos, muy pocos de todos estos defraudadores millonarios han pagado prisión y la multa completa, lo que demuestra que habiendo dinero detrás y estando en libertad, es difícil pillar a alguien y que cumpla con la pena impuesta.
Y sino, que se lo pregunten a Botín, aunque esto, a día a de hoy, es tarea imposible.