Submitted by jorge on Mon, 03/02/2020 - 06:45
En nuestro post del 22/01/2020, "NO AL MINISTERIO DEL INTERIOR, SÍ AL DE JUSTICIA", hacemos alusión a la petición hecha por los sindicatos de Funcionarios de Prisiones para que esta institución, I.I.P.P., dependiente del Ministerio del Interior, pasara al de Justicia.
No ha sido así y sus reclamaciones no han sido atendidas, pero sí que ha habido algunas variantes al respecto.
Fernando Grande Marlaska, Ministro de Interior, ha realizado cambios significativos en varios de los altos cargos dependientes de este Ministerio y en el organigrama del mismo.
En primera instancia, ha colocado a la Dirección General de Instituciones Penitenciarias, con su secretario Ángel Luis Ortiz, bajo su mando directo, sin intermediarios, ya que con anterioridad esta institución dependía de la Secretaría de Estado de Seguridad, situación que no veía clara Marlaska, desligando a los Cuerpos de Seguridad del Estado de los presos, para así poder atender mejor su privación de Libertad como su reinserción posterior en la sociedad, más o menos lo que pedían los sindicatos de Funcionarios de Prisiones, aunque ellos solicitaran pasar a Justicia.
Por lo tanto, así queda el organigrama del Ministerio del Interior:
• Secretaría de Estado de Seguridad de la que dependen:
- Dirección General de la Policía.
- Dirección general de la Guardia Civil.
- Relaciones Internacionales y Extranjería.
• Secretaría General de Instituciones Penitenciarias:
- Dirección General de Ejecución Penal y Reinserción Social.
• Subsecretaría del Ministerio del Interior:
- Dirección General de Tráfico.
- Protección Civil.
- Apoyo a las Víctimas.
Además de esta nueva línea de actuación, Marlaska ha relegado a varios altos cargos de sus puestos, poniendo otros de su confianza en ellos, tales como la directora de Apoyo a las Víctimas, la directora de la Guardia Civil, al director de Protección Civil y otros.
Pero lo trascendental de esta noticia que es que los presos se han desligado de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, para con ello diferenciar claramente las funciones policiales de las tareas antes descritas de reeducación y reinserción.
No se han logrado los objetivos pretendidos, pero se ha dado un gran paso en independizar ambas instituciones.