Submitted by jorge on Mon, 04/02/2013 - 07:39
Hay que ser cutre para organizar su propio secuestro y exigir un rescate a la familia.
Y no es tan solo por llevar a sus familiares a una posible situación económica extrema, sino lo más relevante del caso es la manipulación y sufrimiento que les causa durante el lapso de tiempo que el secuestrado se encuentra en esa fingida retención forzosa.
Además del egoísmo que manifiestan los autosecuestrados, juegan con el fuego de la aplicación de la Justicia, dado que este supuesto se tipifica en el Código Penal como delito.
Por otro lado, el peso que provoca en algunos la ruina económica, les lleva a carecer de la consideración y prudencia necesaria para calibrar el daño que puedan producir a los suyos y así mismos.
Esperemos que los protagonistas de este nuevo fenómeno que toma fuerza en España coloquen en la balanza los pros y los contras de dicha acción y se percaten del desequilibrio resultante.
http://www.elmundo.es/elmundo/2013/02/03/espana/1359887142.html