Submitted by jorge on Thu, 14/03/2019 - 06:43
Creemos que se trata de una noticia excelente, máxime, cuando este Estado lleva más de 40 años sin definirse de manera categórica.
El Estado de California, uno de los más progresistas de Estados Unidos, cuenta por fin con un Gobernador que toma la iniciativa en cuanto a una futura abolición de la Pena de Muerte, siendo California el estado con más reos en el corredor de la Muerte, 737, aunque no ha ajusticiado a ninguno desde el año 2006.
No obstante, en 1972 se abolió dicha Pena de Muerte en esta región, pena que se volvió a instaurar en 1976 a través de una votación, aunque desde entonces hasta nuestros días solo se haya ajusticiado a 13 personas de un total de 900 condenados, entre otros, por los problemas derivados de la escasez de los sedantes que se aplicaba en la Inyección Letal, por un lado, y una falta de voluntad política para llevarlo a cabo que a su vez también derivó en no dar una solución al problema y dejar esta pena en un limbo administrativo.
A pesar de que en California un gran sector de la población se opone a la Pena de Muerte, en 2 ocasiones se ha tenido la oportunidad de abolirla en las urnas, en 2012 y 2016, y en ambas fracasó la tentativa, aunque tampoco se seguía aplicando.
De ahí que su Gobernador, Gavin Newson, en el cargo desde enero y que se opone a este tipo de ejecución desde hace años, tenga previsto aprobar esta semana un decreto para frenar la aplicación de esta pena y el cierre de la sala de Ejecución de la prisión de San Quintín, afirmando “que la pena capital es inconsistente con los valores básicos de California, ya que la muerte intencionada de otra persona está mal, y como gobernador no voy a ser responsable de la ejecución de ningún individuo. Nuestro sistema de pena de muerte ha sido un fracaso desde todos los puntos de vista, ya que ha discriminado a acusados con enfermedades mentales, negros y marrones, o que no se pueden permitir representación legal, no ha aportado seguridad pública o valor disuasorio alguno y ha malgastado miles de millones de dinero de los contribuyentes”.
Esto último, un tema que tanto duele a los Estadounidense, su bolsillo, puede ser uno de los motivos validos a futuras propuestas de otros Estados para la abolición de este tipo de ejecuciones.
Por fin vemos coherencia en los discursos y las acciones llevadas a cabo por políticos estadounidenses y esperemos que poco a poco todos sus Estados entren en la misma línea de actuación y consenso.
