Submitted by jorge on Tue, 04/06/2013 - 08:53
Y el problema de esta reacción desesperada es que en muchas ocasiones es peor que un suicidio efectivo, ya que los autolesionados, en caso de no morir, permanecerán marcados e impedidos por las graves quemaduras de por vida.
Hasta hace pocos años, los suicidas a lo bonzo (“forma de inmolación y suicidio por el cual un individuo acaba con su vida rociándose con algún tipo de líquido inflamable y prendiéndose fuego en público como forma de protesta, desobediencia civil o acción solidaria por algún motivo”) solo eran habituales en otros lugares del planeta y se veían a través de los medios de comunicación.
Se llevaban a cabo en países como el Tíbet, algunos naciones musulmanes, protestando por la Guerra de Vietnam o en casos de desobediencia civil al Gobierno Comunista de China.
Pero desde que la crisis se adueñó de nuestra “prospera” sociedad, los casos en España van en aumento, y no por motivos de idealismo, nacionalismo u oposición a un régimen opresor, sino por la desesperación a la que nos ha llevado la falta de recursos económicos para hacer frente al día a día.
Y mientras no cambien ciertas leyes y propuestas, esas teas humanas seguirán apareciendo en nuestras calles: no tienen nada que perder, tan solo la vida.
http://www.elmundo.es/elmundo/2013/06/03/andalucia_malaga/1370260709.html