Submitted by jorge on Fri, 15/12/2017 - 06:43

En una sociedad, la actual, donde nos enseñan buscar el ejemplo en paradigmas preestablecidos, a no pensar por nosotros mismos sino a seguir patrones sociales impuestos y a posicionarnos con ideas que captamos de otros a través de los 140 caracteres de Twitter (ahora son algo más), lo que provoca a su vez, directa o indirectamente, que la juventud no cuente con una base educacional sólida y la repetición y el abandono escolar en favor de un aumento de la violencia y delincuencia juvenil campe a sus anchas, las Autoridades Argentinas han optado por realizar un ensayo en una de sus prisiones, Unidad Penal N° 1 de Hombres de Paraná, organizando un taller de Filosofía dirigido por estudiantes de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Entre Ríos, Argentina.
¿Y qué se pretende lograr de los reclusos con este taller?
Sencillamente, que cuenten con una actividad más en los patios, donde se les enseñe a reflexionar, a analizar su vida cotidiana en prisión, a preguntarse sobre el porqué de su caída en la delincuencia, en fin, que aprendan a través de la Filosofía a profundizar en la problemática social y en la suya particular y donde puedan comenzar a valorarse como seres humanos y sujetos de derecho a pesar de haberlos perdido, aparentemente, desde su encarcelamiento.
¿Y qué método, además de las ideas ya mencionadas, se utilizará?
Este proyecto se llevará a cabo en encuentros semanales entre los estudiantes y los presos donde se intercambien ideas, se dialogue y se expongan las problemáticas sociales de las prisiones a fin de cambiar la idea generalizada que la prisión es un “depósito de carne”, de individuos dóciles donde los presos se adaptan a las normas sin buscar salidas a través de la reflexión, de los estudios y las actividades, y se abandonan a la vida fácil dirigida por Mamá Estado.
Preguntas como “¿qué cárcel queremos?, ¿para qué y cómo la queremos?, ¿podemos abolirla?, ¿cómo entendemos a los sujetos que viven dentro de ella?, ¿qué esperamos de los detenidos?”, serán las pautas que marquen parte de estas jornadas.
Un proyecto interesante donde los haya y que habría que fomentar, no solo en todas las prisiones, sino también en los colegios y centros de educación primaria y secundaria.
Con esto lograríamos hacer descender la delincuencia en general y daríamos a nuestra juventud nuevos valores y metas.