Submitted by jorge on Mon, 09/12/2019 - 06:45
Se puede entender que en un gran estadio de fútbol repleto de miles de aficionados gritando, se oiga algún insulto suelto atronar desde las gradas, pero que en pocas ocasiones llega a oídos de los jugadores o del arbitro; en el ardor del partido, más de uno se exalta.
Pero no lo que no es de recibo y condenable por añadidura, es lo que ha ocurrido este fin de semana pasado en un partido de 1ª regional de Fuerteventura entre el Chilegua y la Unión Deportiva Jandía -en un campo de dimensiones de andar por casa-, cuando en el último minuto del partido y durante una discusión entre varios jugadores, un aficionado del Jandía baja al filo de la grada y grita a la segunda asistenta, "¡ay esos tobillos. Como te pille fuera, te violo. Te voy a partir la cara y te voy a meter un lapo como sigas pasando de mí!", con gestos violentos, mordiéndose la lengua y realizando ademanes de pegarle con la mano. Varios jugadores que se encontraban en el lugar lo sujetaron e instaron a que se fuera y callara.
La pobre asistente solo cuenta 16 años de edad, por lo que este tipo de insultos le afectaron mucho más que si hubiera sido un adulto, además de lo cual, no era la primera ocasión que ocurría un incidente de este tipo, ya que con anterioridad el presidente del club se encaró e insultó a un árbitro y el club recibió por ello una sanción de 3.000€.
Un troglodita, grosero, maleducado y machista como al que hacemos referencia en este post debería ser juzgado y condenado a algún tipo de Multa económica y a realizar, durante un tiempo, Trabajos en Beneficio de la Comunidad y, por último, impedir que acuda a un acontecimiento deportivo en un periodo largo de tiempo.