Submitted by jorge on Mon, 03/09/2018 - 06:45
Muchos jóvenes y no tan jóvenes piensan que intercambiar información sensible, privada y sexual con semejantes en la Red es una opción divertida y hasta provocativa, sin percatarse que dichos semejantes, en ocasiones, ni son semejantes, ni del sexo opuesto o deseado, ni de edad parecida, amén de los gustos, que pueden llegar a ser, desde el otro lado de la línea, desviados y pervertidos.
Este es el caso de dos adultos residentes en Guatemala que habían entretejido una red de contactos con decenas de jóvenes en diferentes partes del mundo haciéndose pasar por uno de ellos y obligándolos gradualmente a intercambiar información, imágenes y vídeos de índole sexual con los cuales los chantajeaban con sacarlo a la luz hasta llevar a esas jóvenes víctimas hasta la desesperación y, en el caso de un chico de Cataluña, a las puertas del suicidio.
Fue la investigación de una entidad de los Estados Unidos, HSI, la Policía de Guatemala y la Española la que en septiembre del año pasado dio con un peligroso acosador en Guatemala que llevó a su víctima casi al suicidio. Siguiendo esta pista, cercaron a este individuo y a un cómplice que, sin embargo, escaparon en el último momento.
Pero la dependencia crónica de estos dos enfermos delincuentes les llevo a contactar meses después de nuevo con el joven catalán, momento en que las policías de los diversos países implicados cercaron a los dos individuos y encerraron en prisión.
Con esta historia deseamos alertar a todos los que juegan a la diversión en el intercambio de archivos en Internet: no siempre se encuentra al otro lado de la línea una persona similar a nosotros; también los hay enfermos y peligrosos.