Submitted by jorge on Thu, 05/11/2015 - 06:24
Interesante auto del Tribunal Supremo donde coloca a cada cual en sus sitio.
Y dicho Tribunal contradice la sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid en la que condena a la editorial del Mundo, a su exdirector Pedro J. Ramirez y a un periodista de ese medio por vulneración del honor del empresario Luis del Rivero, en un artículo titulado "Álvarez-Cascos colocó a Bárcenas y a Trías".
Ahora el TS, ante el recurso de casación presentado por los condenados, antepone las libertades de expresión e información al derecho al honor cuando las personas de las que tratan los artículos informativos son personajes públicos, ejercen funciones públicas o se encuentran involucrados en asuntos de relevancia pública, máxime si las noticias tratadas se basan en temas de corrupción.
Esta decisión nos parece acertada, sentando con ello jurisprudencia y dejando a los golfos apandadores de la política y de la empresa más vulnerables de lo que antes se sentían.
Para terminar, nos llama la atención que este Pedro J. Ramirez que aboga en este recurso por la libertad de expresión y de prensa, eliminara en su día todo rastro de la publicación y el vídeo en los que él aparecía con una "señorita de vida alegre" realizando actos sexuales más propios de pelicula triple X que de una relación sexual habitual; todo vestigio de aquella noticia desapareció en un santiamén por arte de bilibirloque.