Submitted by jorge on Wed, 17/06/2015 - 19:09
Un médico asturiano con una sensibilización propia de la madre Teresa de Calcuta, prescribía a sus pacientes de varios geriátricos de Asturias dosis de morfina que, a tenor de las cantidades solicitadas, no solo evitaban su sufrimiento, sino que los elevaba a los últimos confines galácticos.
Y si esto no fuera suficiente, no contento con prescribirla a sus pacientes vivos, también los hacía a los que habían pasado a mejor vida, es decir, un maremagnum de recetas de cloruro mórfico Braun 2% estaban igualmente solicitadas para los vivos que para los muertos.
¿Y entonces, si los pacientes aún residentes recibían sus dosis diarias sin cortapisas, a dónde iban a parar el resto de las dosis, la de los ya fallecidos?
El médico en cuestión no se acuerda o pretende desconocer el fallecimiento de esos pacientes, pero por las cantidades que prescribió del opiáceo en solo dos geriátricos, multiplicó por ocho las enviadas a todas las unidades del dolor y de cuidados paliativos de la sanidad pública asturiana en esos años.
Ahora le piden 10 años de pena de cárcel y 134.000 euros de multa por narcotráfico.
Un pequeño detalle añadido: gran parte de la morfina solicitada entre 2011 y 2013 estaba destinada a una sola paciente que, supuestamente, padecía una enfermedad crónica, y que después de atiborrarla de morfina hasta las cejas durante esos años, dejó abruptamente de recetarla cuando comenzó la investigación judicial, aduciendo “que la morfina curó su enfermedad”.
Lo llamativo de esta curación milagrosa es que la moderna Lázaro no era otra que su madre.
http://politica.elpais.com/politica/2015/06/14/actualidad/1434291993_030326.html