Submitted by jorge on Sun, 05/04/2015 - 18:33
Llevan una década, quizás algo más, encontrando la droga camuflada en los pasajeros llegados por vía área de algunos países latinoamericanos, en todo tipo de escondites corporales y del equipaje.
Pero hasta ese tiempo, las mulas se la han colado a los policías aeroportuarios españoles por pasiva y por activa. Las mentes pensantes de las mafias o de los mismos transportistas de allá, imaginaban mil y un artificios para camuflar uno, dos o varios kilogramos de cocaína en las mulas que enviaban, y para cada nuevo “zulo” puesto en funcionamiento, la policía necesitaba semanas y meses en descubrirlo.
Así se trajeron litros y litros de supuestas bebidas y líquidos con cocaína diluida en ellas, miles de vestidos impregnados con la droga que después diluían en España con los químicos oportunos; figurillas confeccionadas y pintadas con pasta de coca pura; suelas interiores de zapatos, pelucas impregnadas, y hasta bebés comprados en las morgues y rellenados con la “Blanca” un par de horas antes de partir los vuelos, y que entraban en brazos de sus “madres” a España, y así, infinidad de ingenios utilizados por las mafias que han inundado nuestro mercado durante años.
Ahora la inspección fronteriza es más exhaustivo, aunque los contenedores que entran por vía marítima a los puertos suelen sortear el control sin muchas dificultades: son miles y solo un par de equipos de rayos para contenedores en los puertos.
Cazan los que vienen chivados; el resto, la gran mayoría, fluye al mercado europeo por nuestras fronteras.
http://politica.elpais.com/politica/2015/04/03/actualidad/1428076045_895362.html