Submitted by jorge on Wed, 20/07/2016 - 06:48
La Unión Europea es hipócrita cuando dice, con la boca pequeña, que no aceptará la restitución de la Pena de Muerte propuesta por Erdogán en Turquía.
Ya que por atrás, la UE, con apretones de manos y suaves sonrisas sigue presionando al presidente turco para que impida la entrada de inmigrantes en nuestra bella Europa, que no traspasen la frontera turca y que estos carguen con todo ese enjambre desesperado de nacionalidades.
Lo que nosotros, seres humanos, no podemos aceptar bajo ningún concepto, es que en un país, Turquía, que abolió hace un tiempo la Pena de Muerte, la vuelva a instaurar no ya, para ajusticiar a asesinos, violadores o terroristas, NO, sino para hacerlo con personas de su misma sangre y nacionalidad que no piensan como ellos, que no coinciden con su manera de gobernar.
Es demencial ajusticiar a otro ser humano, pero hacerlo por incompatibilidad de pensamiento es… una aberración.
Pero qué podemos esperar, si todo Ocncidente y parte del Oriente se guía por las máximas políticas y económicas que establece la primera potencia del mundo y que es una de la que cuenta con el mayor número de presos “asesinados” con la Pena Capital, los Estados Unidos de América: POCO.