Submitted by jorge on Mon, 14/07/2014 - 08:21
La fiebre del Oro, el dinero fácil, las inversiones mínimas con rentabilidades astronómicas, el trabajo sencillo por una remuneración de ensueño… sobre estas premisas se basan los sueños de los desposeídos, de los arruinados, de los parados, de todo aquel que no encuentra una salida laboral al uso.
Y sobre este colectivo de personas se han sustentado los negocios piramidales, donde con una pequeña inversión y moviendo hipotéticos "productos estrella", el afortunado inversor y colaborador se hace de oro, supuestamente.
Desde siempre, estos chiringuitos de fantasía crecen como setas, su cúpula directiva se forra a costa de la base de la pirámide, y cuando el invento ya no se soporta por si mismo –ya que ha de nutrirse de nueva sangre con nuevos ahorros y la cantidad de víctimas no es infinita, o la Justicia termina por cercarlos-, desaparece y vuelve a aparecer en otro punto geográfico del planeta con diferente nombre y otros productos pero con los mismos sinvergüenzas dirigiéndolo y viviendo de los incrédulos inversores que dejaron atrás y de los nuevos que desangrarán.
En este caso se trata de un joven brasileiro, Rogerio Alves da Silva, que alegando estar tocado por la inspiración divina y ofreciendo gato disfrazado por liebre, ya busca sangre española creando WishClub (Club del Deseo), después de chupar toda la que Dios y la Justicia Brasileña le dejaron allende los mares.
Atentos a este nuevo Nosferatu disfrazado de telepredicador.
http://politica.elpais.com/politica/2014/07/12/actualidad/1405178925_280225.html