Submitted by jorge on Mon, 08/10/2018 - 11:12
Siempre insistimos en el hecho de que las personas que se fugan de prisión, huyen en los traslados o quebrantan durante los permisos, duran poco tiempo en Libertad, ya que el coste económico, el afectivo y el arraigo los hacen entregarse o facilitar su captura.
Son pocos los que desaparecen y no son detenidos de vuelta.
En nuestro post del 2 de julio de este año, “DE NUEVO APARACE OTRO PAPILLÓN”, contamos la noticia de la fuga en helicóptero de una prisión francesa del preso Redoine Faïd, atracador de furgones blindados y asesino, y que en 2013 también se fugó de prisión.
Ahora, tras permanecer 93 días en Libertad y ocultarse en su ciudad natal donde se había criado en el mundo de la delincuencia y había perpetrado muchos de sus atracos y, a pesar de ir siempre disfrazado con Burka y aparecer en varias ocasiones en el piso vigilado de una antigua novia con esa indumentaria, los agentes que vigilaban el inmueble sospecharon de esa extraña mujer en Burka con maneras y caminar masculino y ha sido detenido.
Penetraron en el piso de ella a las 4 de la mañana sin encontrar resistencia, detuvieron a varios familiares del fugado por cómplices y así terminaron las andanzas de su evasión que mantuvo en jaque a caso 3.000 agentes que se movilizaron para evitar el ridículo que sufrieron las Fuerzas de Seguridad Francesas y varios Políticos después de su evasión.
Esto demuestra una vez más que las fugas son complicadas de organizar, difíciles de culminar con éxito, pero aún más arduas de mantener vivas en el tiempo sin ser desmontadas.