- Llegó el momento de pasar por caja (léase declaración de la Renta). Este año, con eso de la crisis, nos ofrecen devoluciones más rápidas pidiendo el borrador a Hacienda, en un gesto muy honroso, pero… Nada más iniciarse la campaña resulta que, no se sabe el motivo, han salido unas cuantas decenas de miles de borradores erróneos. Como para fiarse. A la hora de afrontar la nuestra mi santa esposa comprueba desolada que con unos ingresos mensuales mileuristas y pagando un peazo hipoteca tiene que soltar 500 euros del ala según el borrador oficial (porque se supone que todos estamos fichados, excepto algunos como sabeis). Pues bien, hechas las cuentas precisas resulta que a los empollones de Hacienda y a sus superordenadores se les ha olvidado una parte importante de los datos. Los ingresos si están, por supuesto, pero no el asunto hipoteca. Y mira por donde resulta que tienen que devolvernos 1.000 euros en lugar de pagar 500. Genial. Mi señora y yo manejamos el pc, tenemos acceso a la información, justificantes bancarios, la normativa legal, etc. pero se me ocurre pensar… ¿Qué ocurre con esas personas que se creen a pies juntillas el borrador y pagan religiosamente sin tener acceso a tantos medios como nosotros? ¿No le parece a los responsables tributarios que bastante nos exprimen ya como para permitirse ciertos deslices? Y se me olvidaba… ¿ha sido cesado fulminantemente el responsable de las docenas de miles de borradores erróneos? Y me dá igual que salga a devolver cuando es al contrario o al revés. El perjuicio es siempre para el ciudadano de a pié, que si cobra de más puede tener un susto curioso cuando se apañe el error y se le exija la devolución fulminante de un dinero que pensaba era suyo.
- He hablado ya de un tema espinoso y polémico. La violencia de género y su repercusión mediática. Ha saltado de nuevo a la actualidad más candente por el supuesto homicidio de un hombre a su pareja masculina en un matrimonio homosexual. Resulta que no se puede considerar violencia de género al no ser machista y claro, los colectivos gays andan muy cabreados por ello. Resulta que para el delito concreto de violencia de género no influye el propio delito, sino la víctima, que ha de ser mujer, aún en el seno de una pareja de hecho lesbiana. Resulta también que si un hombre quiere denunciar que es fruto de maltrato por parte de una mujer o de otro hombre no le hacen caso. Y al decir que no le hacen caso estoy diciendo que la denuncia no genera una detención fulminante del agresor, ni se genera una ayuda económica a la víctima. Y en estas circunstancias recuerdo yo una cita de nuestra Constitución en la que se afirma que no puede discriminarse a nadie entre otros motivos por su sexo, aunque en el panorama judicial español y para ciertos delitos el hombre es distinto a la mujer, está estigmatizado y lo peor… no parece que la situación vaya a resolverse si se le dá a la mujer máxima credibilidad en todos los casos (pese al 50% reconocido por el propio estamento judicial de denuncias falsas) y el hombre pase casi indefenso a merced de una justicia severa y ciega a todo comentario. Pues tendrá que ser así. Y para eso hay un Ministerio de Igualdad al que le falta la coletilla (“sólo para mujeres”).