OSCAR
- Me considero una persona medianamente instruída por el esfuerzo de mis padres en pagarlo y el mío por aprovecharlo, y bastante al día de lo que pasa en el mundo por inquietud propia. Considero que no hacen falta indicadores económicos ni estudios sociológicos para captar lo que pasa en la calle. Ejemplos hay muchos hablando de la crisis. ..
Proliferan concursos televisivos donde ofrecen a las familias la panacea para el pago de sus hipotecas y sus créditos y un dinero para no volver a trabajar nunca más en algunos de ellos. Desde los tiempos del 1,2,3 o Un millón para el mejor (que muchos no habreís conocido) no había visto tal abundancia y variedad. La mayoría son un engañabobos, pero si hay más que nunca por algo será. También será por algo que cada vez hay más carteles de ventas y alquiler de pisos, y que cada vez permanecen más tiempo, y que las oficinas de venta suelen estar vacías casi todo el día. Cada vez que voy a comprar compruebo que la gente ahora lee las etiquetas con atención y calcula precios por kilo, algo que antes no se hacía casi nunca, y se tienen en la mano varios productos para elegir el de mejor relación calidad-precio, al margen de la calidad del envoltorio o la marca del producto. Algo tan curioso como el poco número de coches esperando turno en los lavaderos llama la atención y es sintomático. O que se ofrezcan pagos mensuales por el seguro de ese mismo coche como algo especial que hasta ahora nadie había considerado. Mi pueblo, Aranjuez, es eminentemente turístico y como decimos aquí cada vez que calienta un poco el sol la gente se tira de cabeza a las terrazas. Pues la cosa está cambiando. Muchos se sientan en un banco con una lata de refresco comprada en el super antes que hacerlo en una terraza (y hay unas cuantas, cuantitativamente más que en mi barrio, Carabanchel, o mi ciudad, Madrid, que tampoco se quedas cortas al respecto). En mi comunidad de vecinos está pendiente pintar las zonas comunes años ha, pero en cada reunión de vecinos se niegan a subir ni un euro la comunidad ni por supuesto hacer una derrama (y vivo en una zona medio-bien de gente con posibles). Los artículos de linea blanca están adueñándose de las casas, con resultados variopintos. La última adquisición de un sucedáneo de “Don Limpio” (antes Mister Proper) nos ha costado a mi señora y a mí un mareo de mucho cuidado porque es lejía casi pura (aunque ponga su nombre molón, hipoclorito de sodio). A servidor le ha tocado pasarse al whisky de Ahorra Mas, que a mitad del precio del Dyc ofrece unas muy curiosas resacas a buen coste. Menos mal que es para las ocasiones “especiales” y la marca es con nombre inglés…
- Venga, vá, os confieso que ayer me enganché a dos de esos concursos de la tele. En el primero, por la noche me pasé 40 minutos como un capullo ante la tele moviendo la neurona en vano mientras mi mujer me esperaba en la cama. Se pedía un animal, y luego se fueron dando pistas, que vivía en el mar, que empezaba por C y acababa por O. Que no era centollo ni congrio. Había en pantalla 12 letras pero no se indicaba si podían repetirse o no (muy importante ésto). Posteriormente se aclaró que era un alimento y casi al final que con él se hacía un pastel (¿?). Cuando se me caían los párpados a eso de las 00.30 llegó la pista final. Muy conocido en País Vasco y Cantabria. Sí, era el cabracho, y no sé si al final algún suertudo se llevó el premio (1.500 euros) o pasó como sospecho pasa siempre, que en el minuto final llama un colega de ellos y lo acierta. Pues bien, con las docenas de llamadas que se debieron producir para concursar y la presentadora (a la que desde aquí felicito por su profesionalidad) diciendo desde el principio que se acababa el tiempo y echando la bronca a la gente por no llamar (vaya caradura) entró en esos 40 minutos una llamada. Casi al final anunciaron dos más, pero se quedó en una y me quedé con las ganas de saber si se produjo o no. Teniendo en cuenta el coste de la llamada y las que supuestamente se hacen obnubilado el personal por el premio y lo fácil que parece, que suelen tenerte un mínimo de dos minutos (en realidad un minuto y unos pocos segundos) a más de un euro el minuto y de que el premio puede estar adjudicado… A mí me huele muy mal este tipo de concursos… ¿y a vosotros?.
Por la mañana, con fines meramente empíricos y por si me tocaban los 1.000 euros llamé a la Ruleta de la Suerte, de Antena 3, al panel del espectador. Se me dá muy bien, la verdad. Acerté el panel sin letra alguna de pista y dí la solución después de recibir un impulso quasi divino. Evidentemente no gané, pese a que pensé tener posibilidades al cogerme la llamada a la primera y pensar (tontamente) que lo mismo el posible ganador sería un poco menos perspicaz que yo… Os hago una petición. Si conoceis a alguien que haya ganado una cosa de éstas me lo decís, para quedarme más tranquilo. Y sin olvidar que en ambos dos casos y en casi todos los premios de los concursos te toca “compatirlos” con Hacienda aunque ellos no se hayan presentado.
