Submitted by jorge on Tue, 13/12/2016 - 06:51
En la época del gran narcotráfico colombiano de la década de los 80, cuando reinaban Pablo Escobar, los hermanos Orejuela, los hermanos Ochoa y otros tantos Dones del tráfico de Cocaína, el ciudadano de a pie colombiano estaba al tanto que al que le tocaba un premio considerable de Lotería recibía de inmediato a un abogado oscuro o un director de banco desviado ofreciendo un dinero goloso por adquirir el billete agraciado, aumentando en un porcentaje importante el valor del premio pero pagadero en billetes de esos de contar y más negros que el carbón. Y a ver quién era el guapo que respondía que nones, que no vendía el billetico.
Esa moda de lavado de allá pasó a los usos y costumbres de los políticos y empresarios de aquí, que al tiempo que robaban, estafaban, desviaban y acumulaban, iban tornándose más afortunados en lo que a los juegos del azar se refiere, desde la Lotería Nacional hasta la Quiniela, pasando por la Once y demás sorteos existentes en nuestro país.
Y no les tocaban dos duros, ni mucho menos, en algunos años llegaron a “acertar” con los premios Gordos en varias ocasiones, situación que acabó llamando la atención de Hacienda y de los Jueces Instructores.
Así se vanagloriaban los Fabra de turno de su buena fortuna y de su mejor estilo de hacer política: PURA FARSA, como se descubriría con el tiempo.
A raíz de ello se fomentaron las contrataciones de “Detectives Matemáticos” y se crearon proyectos universitarios de Matemática Aplicada para analizar si la suerte por si misma podía provocar que un solo jugador de Lotería se viera agraciado en un periodo de tiempo X con varios premios.
Y de dichas investigaciones matemáticas se dedujo que con la cantidad de billetes comprados por un jugador, era prácticamente imposible recibir tantos premios, dado que dichas posibilidades aumentaban con la adquisición de más participaciones, pero no de manera proporcional.
Por ello, “la investigación matemática casó con total perfección con la investigación criminal que se desarrolló después. El tipo de coincidencias fueron analizadas por detectives, mostrando que esa gente estaba, en efecto, cometiendo crímenes”, señala Skip Garibaldi, catedrático en el departamento de matemáticas de Emory y director asociado del Instituto de Matemáticas Puras y Aplicadas de la UCLA.
Así que el que gane en un espacio corto de tiempo varios premios de Lotería, que se vaya preparando, porque lo analizaran con la lupa de Hacienda y de la Justicia.