Submitted by jorge on Fri, 29/06/2018 - 06:43
Una de estas historias para entretener el fin de semana.
Hasta hace un decenio, en las prisiones españolas apenas te encontrabas a unos cuantos reclusos condenados por delitos relacionados con el Tráfico, generalmente, por un accidente con muerte, mezclado con alcohol y drogas.
Hoy las cárceles están repletas de infractores de Tráfico pagando penas leves de varios meses, hasta algunas graves de años de condena.
Pero que a nadie se le pase por la cabeza que las infracciones y los delitos contra el Tráfico son hallazgos y desarrollos del siglo XX, ni mucho menos, porque parece ser que hace casi 3.000 años ya se dictaron normas de Tráfico para evitar los atascos, accidentes y demás, con penas algo más severas que las actuales:
• En el 800 A.C., en el antiguo Egipto, se castigó a un conductor por circular rápido con su carro bajo los efectos del alcohol y chocar contra una estatua y atropellar a una niña, a ser colgado de la puerta de la taberna hasta que los animales carroñeros dieran buena cuenta de él.
• En la antigua Roma, el César que a la vez era algo así como el Director de las grandes Calzadas, dictó la Lex Lulia Municipalis, donde se estipulaban las primeras restricciones de Tráfico, tales como que en ciertos momentos del día se restringía el tráfico a vehículos privados, permitiéndose solo a los de los Generales, Sacerdotes o los carros con materiales de construcción para los templos u obras públicas.
• En el año 1300 en el Vaticano, el Papa Bonifacio VIII, y para evitar los atascos en las peregrinaciones a dicho Estado, dictó una Ley para que los vehículos solo circularan por la izquierda, norma que derogó Napoleón en los países conquistados excepto en Gran Bretaña, que no llegó a conquistar.
• En pleno siglo XV en el Imperio Español, Isabel la Católica y para cortar de una vez por todas los accidentes de tráfico provocados por conductores borrachos, creó un Código de Sanciones por el que cualquier conductor al que se le detuviera en estado de embriaguez y dependiendo del grado alcohólico existente en su cuerpo (imaginamos que soplaban el aliento en la nariz del Alguacil en lugar de utilizar la actual maquinita dichosa), pagarían una Multa, se le decomisaría el carro u otro vehículo y hasta podía ingresar en la cárcel.
• También en el siglo XV en Londres, conducir un carro a mayor velocidad por ir vacío suponía una Multa de 40 peniques de la época.
• En 1584 en Valencia, el Virrey, Juan de Ribera, estableció un edicto de excomunión para aquel que dejara su carromato estacionado en la vía durante las procesiones religiosas.
• En 1767, Carlos III, para evitar los accidentes de tráfico entre Madrid y Aranjuez, creó un Sistema Sancionador con diferentes tipos de Multas y cantidades que a su vez soportaría los gastos de mantenimiento de la vía.
• Ya en el siglo XIX , la regente María Cristina, en el Reglamento para circular por las carreteras del Estado, establecía en su artículo 20 que “el conductor que en el transcurso de un año infringiere dos veces las prescripciones a sus deberes, podrá ser privado de su permiso para conducir automóviles”.
Creo que con los ejemplos aquí detallados queda más que patente que las infracciones y los delitos de Tráfico se pagan y pagaban con Multas, Cárcel y hasta Muerte.
No es nuevo, aunque ahora nos crujan a casi todos.