Y no es un bulo, es la triste realidad.
Todo esto viene a colación del famoso máster de la señora Cifuentes y el revuelo que ello ha provocado en el mundo académico y, en especial, en la Sociedad.
Aunque en prisión, el tema de los etarras, supuestos estudiantes, sus accesos a la universidad para mayores de 25 años y sus licenciaturas universitarias, era vox populi desde hace un par de décadas, no tanto para los ciudadanos de a pie, que esto les coge, de nuevo, por sorpresa.
Pues sí, señores, el Juez de la Audiencia Nacional, Juan Pablo González, investigará los expedientes académicos de 76 presos y expresos etarras a petición del denunciante Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite), por, presuntamente, estar falsificados los títulos universitarios de estos "estudiantes" con el fin de obtener beneficios penitenciarios en pro de reducir sus condenas.
Aunque la Fiscalía vea en ello unos posibles delitos de falsificación de documentos y terrorismo, esta última variable nos parece excesiva, creyendo que con el delito de falsificación de documentos van bien servidos.
Por todo ello, el Juez ha solicita a la Universidad del País Vasco (UPV) y a la UNED que remitan a ese Juzgado "los certificados firmados y sellados por el Tribunal Colegiado", así como las actas de los exámenes, al igual que al Ministerio de Educación, Cultura y Deporte para que lo hagan con los certificados de estudios de los denunciados.
Esto no nos llama la atención, ya que conocemos casos de internos que desde prisión solicitaron su ingreso a los estudios en la UPV y fueron rechazados, mientras todos los solicitantes pertenecientes al colectivo de presos etarras fueron aceptados. Y esto era y es de dominio público en los patios de prisión.
Algunos de los denunciados, Iñaki de Juana Chaos, Pakito, Valentín Lasarte, Lasa Mitxelena y otros, puede que no realizaran los estudios tal y como consta en la denuncia, aunque conocemos algún caso de presos de este colectivo que si los llevaron a cabo, como es el caso de Carlos Almorza, alias Pedrito de Andoain, que no solo cursó sus estudios en la cárcel, sino que lo prolongó cuando salió en Libertad.
Lo que si tenemos claro, es que en prisión tampoco se jugó limpió con los títulos universitarios, pero principalmente, por motivos de intereses políticos y acuerdos universitarios con ciertos Gobiernos.
http://www.elmundo.es/pais-vasco/2015/11/19/564de440268e3e160a8b458c.html