Submitted by jorge on Mon, 17/10/2016 - 06:51
Nos llama la atención escuchar en las películas norteamericanas como los policías se autodenominan los “buenos” cuando se refieren a ellos mismos o a otros agentes del cuerpo, siendo los delincuentes o posibles delincuentes, los “malos”,
Nada más lejos de la realidad.
Nos hemos topado infinidad de veces con individuos que por necesidad o un error puntual han cometido un delito y no por ello son malas personas o malos, simplemente.
También hemos conocido agentes de la Ley o historias relacionadas con ellos, donde en situaciones de detenciones o decomisos, han hecho desaparecer cantidades de dinero o drogas que posteriormente se repartían entre el equipo interviniente. Pero eso sí, son los “buenos”.
En este caso, pillaron a un Guardia Civil quedándose con parte del botín de un homicida que habiendo salido de permiso de prisión y con la anuencia de su nueva novia –maestra de pintura en dicha prisión-, había atracado y apuñalado al antiguo novio de esta chica para robarle 19.000 euros.
El Guardia Civil fue el instructor del atestado de este homicidio y como quien no quiere la cosa, en lugar de depositar el resto del botín de 13.380 euros en las dependencias oficiales, lo despistó en sus dependencias personales.
Ahora la Fiscalía le pide 5 años de prisión “por un presunto delito de malversación de caudales públicos y 10 años de inhabilitación absoluta para empleo o cargo público y que se le obligue a indemnizar al Estado con la cantidad supuestamente defraudada”.
Veremos en qué queda el juicio que comienza hoy, pero será unos de los pocos casos de delitos cometidos por las Fuerzas de Seguridad del Estado que salgan a la luz: en general, o se desconocen o ellos mismos los tapan.