Submitted by jorge on Wed, 02/03/2016 - 06:48
Hasta ahora, los delincuentes sexuales, en especial, los que agredían a menores, una vez salidos de prisión en Libertad Provisional, Condicional o Total, podían acceder a trabajar en cualquier centro docente o de otra índole de menores, sin que nadie preguntará por su pasado o antecedentes.
Esto se ha acabado.
Porque a partir del 1 de marzo, cualquier centro de menores, del tipo que sea, ha de solicitar a los trabajadores y al personal docente que deseen acceder a un puesto de trabajo en dicho lugar, una certificación negativa que acredite que no está incluido en el Registro Central de Delincuentes Sexuales, y los ciudadanos extranjeros deberán presentar además, un certificado que constate que no tienen condenas penales por los delitos referidos en su país de origen.
Si bien no somos proclives a este tipo de controles ni a estigmatizar a ningún ciudadano, máxime, después que una persona haya cumplido su condena y salga en libertad a fin de comenzar una nueva vida, en el caso de los delincuentes sexuales, especialmente, los que cometen delitos con menores, sí que pensamos que deban estar controlados por un organismo específico después de ser puestos en libertad, dado que no se trata de delincuentes propiamente dicho, sino de enfermos, de los cuales casi ninguno se rehabilita y cura de su enfermedad, y los que pueden morir o padecer secuelas físicas y mentales al ser agredidos por estos personajes son nuestros propios hijos.
Por este motivo coincidimos en que se establezca esta normativa y la apoyamos.