Submitted by jorge on Mon, 01/09/2014 - 11:08
Que nadie piense que las famosas pulseras geolocalizan a los presos que ya disfrutan de tercer grado y las llevan instaladas en su tobillo o muñeca.
Salvo los dispositivos telemáticos que cargan algunos delincuentes sexuales y/o condenados por violencia de género -que sí son geolocalizadores (GPS)-, el resto de pulseras se controlan a través de un mecanismo instalado en la casa del ex recluso y que se activa cuando éste abandona o llega a su hogar, enviando una señal vía telefónica al ordenador central de los funcionarios del departamento de dispositivos telemáticos que todo CIS (Centro de Inserción Social o Tercer Grado) tiene, y no a través de un GPS, por lo que se desconoce la localización de su portador en la calle.
Si la persona abandona o retorna a su domicilio a las horas estipuladas, tan solo queda una anotación en el ordenador del CIS de la hora de salida y llegada del mismo, pero si por el contrario, sale o entra a deshoras (horario no autorizado para abandonar el domicilio), salta una alarma en el ordenador del CIS y los funcionarios se ponen inmediatamente en contacto con el posible infractor.
Si éste no cuenta con un motivo más que justificado para salir de casa o llegar a deshora, el interesado puede no solo perder la autorización de utilizar el dispositivo telemático y volver a un tercer grado habitual, sino también ser regresado a prisión en segundo grado y perder todos los privilegios obtenidos.
Así funciona este sistema que día a día se utiliza más a la hora de acelerar la libertad del condenado.
http://www.laopinioncoruna.es/galicia/2014/08/31/pulseras-telematicas-liberan-carcel-40/874575.html