Submitted by jorge on Tue, 05/04/2016 - 06:29
En las cárceles españolas residen hoy en día 223 presos musulmanes de corte radical y que son mantenidos bajo observación.
Todos ellos están clasificados bajo el epígrafe F.I.E.S. (Fichero de Internos de Especial Seguimiento) o, con otras palabras, son internos que se mantienen controlados día y noche para evitar el contacto entre ellos y el exterior, mediante controles e informes diarios, grabación de sus llamadas telefónicas, fotocopiado de su correo postal, etc.
Además de considerarlos F.I.E.S., los tienen clasificados en tres grupos:
A- Los que se encuentran en prisión por algún delito derivado de actividades yihadistas.
B- Los potenciales radicalizadores, esos que pueden cumplir condena por otras causas pero por su faceta de líderes, su posición económica, su ferviente creencia religiosa u otros factores, son posibles reclutadores de otros internos para la causa Yihadista.
C- Los “carne de cañón”, esos que son buscados por su perfil influenciable, por venir de hogares desestructurados, por ser creyentes ciegos, por aferrase a la Causa como medio de salvación, etc.
A todos estos internos los controla Instituciones Penitenciarias de manera directa a fin de evitar futuras acciones terroristas.
Pero lo que queda más que claro, es que a pesar de estos controles, ellos se comunican entre sí, con grupos terroristas en el exterior y burlan todos los controles como solo se burlan en prisión a través de los conductos que todo preso conoce.
Y si no, que se lo pregunten a algunos musulmanes que residían en las prisiones españolas antes del 11-M:
MESES ANTES DEL ATENTADO DE MADRID, YA ESTABAN AL CORRIENTE QUE SE PRODUCIRÍA UN ACTO TERRORISTA YIHADISTA EN LA CAPITAL DE ESPAÑA.