Submitted by jorge on Wed, 12/06/2013 - 08:27
Alicante padece en el último año una epidemia de violadores, violines, violetas o cualquier otro seudónimo que se les quiera aplicar.
La noticia hace mención a cuatro de ellos que han provocado el caos en la ciudad, violentando cada uno a varias mujeres en diversos garajes de la zona.
Y los medios de comunicación siempre hacen énfasis a la condición criminal de estos perturbados, y no a la clínica: además de delincuentes son enfermos, y así han de ser tratados en prisión, ya que de nada sirve que se les condene y pasen años en la cárcel para después salir de permiso o en libertad y volver a actuar con aún más desespero debido a los años de continencias y vejaciones sufridos en reclusión.
Por suerte, hoy por hoy la Justicia ha tomado conciencia de esta enfermedad, y además de restringir los permisos y semilibertades a estos individuos, los obliga a someterse a diversas terapias a fin de rehabilitarlos.
No obstante, mucho nos tememos que en la mayoría de estos casos las terapias no son concluyentes ni eficaces a medio y largo plazo, y cuando estos violadores salen en libertad vuelven a actuar, porque la cabra siempre tira al monte, y las enfermas no regresan.
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/06/10/actualidad/1370894442_838887.html