Cuando estés preparado entra a la Sala y repite lo anterior. Debes prepararte a la compañía antes de entrar a cenar (lo habitual por horario es que ingreses a media tarde en el Módulo).
La Sala es otro mundo. Verás gente en las mesas, jugando a cualquier cosa, haciendo manualidades, leyendo o viendo la televisión. Las mesas se ocupan según se baja de las celdas, por la mañana o tras la siesta, y suele haber unas cuantas asignadas, digamos “en propiedad”. Es pronto para saberlo, pero procura no ocupar el sitio de nadie. Directamente no te sientes si ves objetos personales, una mochila o lo que sea. Pueden acusarte de cualquier cosa si falta algo, o aunque no falte.
La primera visita al tigre comunitario impresiona. Si ves algo raro ni respingues. Haz lo que tengas que hacer y no permanezcas mucho rato dentro. No es un sitio adecuado para novatos y sí uno de los más peligrosos, allí se consumen ciertas cosas y se dirimen muchos enfrentamientos por las bravas.
Antes del chape te dirán que celda te han asignado. Si tu próximo compañero no se ha puesto hasta ese momento en contacto contigo, de seguro lo hará ahora. Hablará contigo para conocerte y si no le gustas intentará hacer un cambio. Se debería confiar en que el funcionario te haya asignado a una celda con algún compi poco peligroso, pero a veces no hay sitio y te puede tocar cualquiera. Y al final llegará el momento de coger tus cosas, el petate, las mantas y subir uno o dos pisos hasta el chabolo, tu nueva “casa”.