Recibes unas sabanas y una manta, una bolsa con productos de higiene, y en ocasiones un colchón. Si es hora de patio, te sueltan a caminar hasta el momento de la comida y del chape. Después te asignan una celda con uno de los compis recién llegados al mismo módulo a la espera de pasar el exámen médico, la entrevista con el Educador y otra con la Asistente Social; esto puede durar de unas horas a un par de días. Pasados todos estos trámites y evaluada tu condición en base a tu expediente penitenciario o judicial y a los resultados de las entrevistas, te asignan a un módulo u a otro. Sales definitivamente del módulo de Ingresos.
En algunas cárceles el módulo de Ingresos cuenta con una población reclusa permanente. Los que detentan destinos, los enchufados, los violetas, los pederastas y algún otro espécimen diferenciado; tienen comedor y llevan una vida igual a la del resto de módulos.