Mucho cuidado. Sabe más que tú, puede estar quemado y a lo peor a su compi le han trasladado y está cabreado. Por otra parte es “su” chabolo y tú un invitado. Preséntate, sin mariconadas. Pregunta dónde puedes dejar tus cosas. Contesta a sus preguntas, sí fumas, sí roncas. Si te ofrece pagar a medias la tele accede (si puedes). No toques sus cosas, no alteres la rutina hasta que os conozcáis un poco. Es una cuestión de pura convivencia. Coloca tus cosas donde te diga, aunque te haya dejado poco sitio.
Siempre hay ocasión de mejorar y no es bueno empezar con exigencias, aunque tampoco debes dejarte pisar. En resumen, amóldate, siempre hay tiempo de hacerte respetar, salvo que se pase mucho contigo.
Una noche la debes pasar con él, aunque pidas y te concedan un cambio de chabolo al día siguiente o lo pida él porque prefiera estar con otro. No fumes sin preguntar. Si tienes que visitar el tigre recuerda que si tienes que poner un pino hay que intentar que huela poco tirando de la cadena las veces necesarias.
Guarda tus cosas de valor hasta que le conozcas. Y no deshagas tu bolsa del todo. Muchos de tus compis iniciales quizá no congenien contigo y se busquen un cambio al día siguiente, con lo cual te tocará repetir todo lo que has pasado. Si no es así, aséate, coopera con la limpieza, no invadas su mitad del chabolo y a esperar. Se hacen buenos compañeros a base de pasar con ellos trece horas diarias, oírles eructar, hacer sus cosas corporales y escuchar su historia. Con un poco de suerte hay tele, o tu compi quiere escuchar tu historia, o sois del mismo barrio o ciudad.