Ya iba siendo hora, que el Poder Político en México diera un golpe de mano y sentara un precedente en lo que a corrupción se refiere, aunque por el momento sea un minúsculo paso en comparación con lo que se mueve entre bambalinas.

En este caso se trata de la encarcelación de Elba Esther Gordillo, alias, la Maestra, y líder del poderoso Sindicato de Maestros que dirigía desde hacía 23 años con mano de acero y como si de un Reino de Taifas se tratara.

Aprovechando su relación directa con los dos expresidentes del Partido Acción Nacional (PAN), Vicente Fox y Felipe Calderón –había pertenecido al PRI hasta el 2003 como el actual presidente Peña Nieto- hizo, deshizo, cobró, decretó, manipuló toda suerte de operaciones, negocios, concesiones y dineros que por dicho sindicato pasaban.

Y ahora se encuentra en prisión, a la espera de que le instruyan un sumario.

Pero esto es solo la punta del iceberg mexicano, ya que lo que queda por limpiar es de tremenda envergadura: la corrupción política, la policial, la castrense… y la de mayores proporciones, la referida al narcotráfico y los cárteles que lo operan, verdaderos gobiernos en la sombra en algunas de las regiones del país.

Salvando las distancias, México es hoy lo que Colombia en la década de los 80 y 90, y con tiempo, buen hacer y disposición, los sucesivos presidentes colombianos pudieron transformar.

Esperemos que Peña Nieto se convierta en un precursor de reformas, de fondo… a lo mero macho.

http://internacional.elpais.com/internacional/2013/02/27/mexico/1361994007_720944.html