Submitted by jorge on Wed, 13/12/2017 - 06:43
Solemos decir, que los famosetes, políticos y grandes empresarios que tienen la desgracia de entrar en prisión, suelen estar “protegidos” por el halo divino que les precede y que la fama crea.
Y es verdad.
En España, rara vez una de estas “personalidades” sufre algún tipo de agresión física en la cárcel, derivado principalmente de los siguientes factores:
• Son ingresados en módulos suaves donde el resto de internos cuentan con condiciones favorables de vida (módulo de respeto), de salida de permisos o, por su tipo de delito, han de comportarse adecuadamente para no ser enviados a módulos duros.
• La vigilancia de los funcionarios de patio hacia estos presos es más acentuada a fin de evitar problemas y aparecer en los medios de comunicación con el consabido tirón de orejas por parte de la Administración Penitenciaria.
• Los demás compañeros tratan de congraciarse con ellos con el fin último de ser invitado al café y al cigarrillo diario, o con vistas a sacarle alguna prebenda una vez se encuentren en libertad.
• Por el mero morbo de contar a amigos y familia que es compi y amiguete de tal o cual personaje.
• Porque pagan a un par de machacas para que los protejan.
Pueden existir mil y una razones más para argumentar esta falta de agresiones a estos personajes, pero estas son las principales.
Por ello, nos ha sorprendido que el atleta paraolímpico surafricano, Oscar Pistorius, ese que compitió por primera vez contra atletas sin discapacidad en las Olimpiadas de Londres 2012 y que en 2013 asesinó a su novia, por lo que fue condenado a 13 años y 5 meses de prisión, haya sido agredido en la cárcel, máxime, por ser quien es como atleta y, en especial, por ser una persona discapacitada de piernas.
Residente en el Penal de Atteridgeville, Sudáfrica, fue agredido recientemente por otro interno debido a un incidente en la cola del teléfono, por lo que lo llevaron a enfermería y trasladaron a otro módulo con posterioridad.
No es el primer incidente que Pistorius tiene en prisión, ya que en 2016 se cortó las muñecas y tuvo que ser hospitalizado.
Por último, no nos extraña que el motivo de la agresión fuera el famoso telefonito, dado que se trata de, junto al trapicheo de drogas en los patios, uno de los dos mayores motivos de pelea en las prisiones.
https://chile.as.com/chile/2017/12/12/masdeporte/1513084015_427946.html