Submitted by jorge on Wed, 25/11/2015 - 06:24
La detención de un supuesto preso yihadista o aleccionador/captador de futuros yihadistas en la prisión de Segovia, nos parece más que una operación de interés antiterrorista, una mera noticia de propaganda de lucha antiterrorista por parte del Gobierno a fin de hinchar pecho ante la ciudadanía y sus socios comunitarios.
Se trata de un marroquí condenado por violencia de género, como tantos otros musulmanes que nos encontramos en los patios penitenciarios de las prisiones españolas con condenas por narcotráfico, asesinato, violencia de género, y los menos, muchos menos, por pertenecer a redes yihadistas.
Este es otro pobre diablo que lo único que busca es el reconocimiento de alguno de sus hermanos musulmanes que si cuentan con las relaciones yihadistas que pocos de los reclusos islamistas tienen y que muchos de ellos desearían encontrar.
Es habitual en los patios escuchar a musulmanes de Marruecos y de otros países del norte de África alardear de sus relaciones con grupos armados y de lo sublime de morir inmolado por Alá, pero eso no son más que demostraciones de aparente valor que no buscan otra cosa que hacerse un hueco entre los presos destacados de cada prisión.
Crear alarma social y organizar detenciones mediáticas produce un rédito electoral elevado.