Submitted by jorge on Wed, 30/06/2021 - 06:26
Es más, no son ni buenos ni malos, sino seres humanos como el resto de la población, que solo desean hacer su trabajo y llegar pronto a casa para disfrutar de su familia y amigos.
Los hay buenos, no tan buenos y malos, pero sí es verdad que el medio, en ocasiones hostil, saca a algunos de ellos lo peor de sí mismos, aunque la mayoría no cae en esa dinámica, se mantienen en su lugar y tratan con decencia a los Internos.
Y esto se demostró la semana pasada en la prisión de A Lama, Pontevedra, cuando un Interno que residía en una celda contigua a la de los hechos, aviso con nerviosísimo a los Funcionarios del Módulo cuando se percató -desconocemos cómo y de qué manera- que su compi del chabolo contiguo trataba de quitarse la vida.
Dos Funcionarios acudieron raudos a la celda justo en el momento en el que el Preso, colgado de una colcha a los barrotes de su ventana, había caído en la inconsciencia y dejaba de respirar, por lo que rompieron la colcha y desanudaron el nudo al cuello, practicándole de inmediato la reanimación.
Acto seguido, los Servicios Médicos del centro se personaron en el lugar, dejando fuera de peligro al Interno que, primero fue enviado a la Enfermería y con posterioridad, al Hospital de Pontevedra.
Esta situación se produjo en el Módulo de Ingresos, por la noche, una vez pasado el recuento y cuando los Internos ven la televisión o algunos se duermen.
La rapidez de respuesta de los Funcionarios salvó la vida de este suicida, aunque en la mayoría de las ocasiones, estos intentos de suicidio salen adelante porque nadie avisa o, si avisan, los Funcionarios tardan en acudir o, simplemente, no acuden pesando que se trata de una broma o una exageración, de ahí la alta tasa de suicidios en prisión.
Lo que decimos, hay Funcionarios buenos y que se toman su trabajo en serio y, otros, que ya quemados por el ambiente laboral, pasan olímpicamente de los avisos y situaciones conflictivas.
Como en la generalidad de la ciudadanía: hay de todo.