Submitted by jorge on Tue, 10/09/2019 - 06:45
Se trata de la típica historia que te deja con un resquicio de duda a pesar de que quieras creer que no, que la historia es la que es y no existen segundas interpretaciones.
Unos padres rumanos residentes en Perales del Río, un barrio de Getafe, se encuentran ahora bajo sospecha por un accidente que le pudo pasar a cualquier niño, pero que le ocurrió a su hijo.
Según la versión de la madre, ésta llevaba todo el día encerrada con el niño en el chalet pareado en el que residen, cuando decide salir con él a un parque cercano a su residencia. Ahí deposita a su hijo en el arenal para que juegue, momento en que éste se quita el chupete, agarra algo del suelo y lo ingiere.
La madre le introduce rápidamente los dedos en la boca y extrae saliva de color azul del interior de la misma. Preocupada, regresa a casa y llama a Emergencias creyendo que se trataba de tiza, pero el marido la corta y le dice que el niño se encuentra rígido y paralizado, por lo que deciden acudir a Urgencias del Hospital 12 de Octubre.
Tras un primer examen médico, el informe asegura que se trata de "un episodio de desconexión del medio, rigidez generalizada y revulsión ocular", por lo que lo sondan y le inyectan medicamentos por vía intravenosa. Tras el análisis que le realizan, descubren que el niño ingirió Éxtasis, por lo que queda 3 días en observación hasta que, tras ello, le dan el alta.
El informe que realiza el hospital para autorizar el alta del niño no deja entrever nada fuera de lo normal, salvo un apéndice escrito a mano en el que se lee, “Riesgo Social”.
Posterior a ello los padres acuden a una Comisaría a denunciar el caso, temerosos que pudieran retirarles por ese accidente la custodia de su hijo.
Después de la declaración en Comisaría, unos agentes de familia pasaron por su casa y les interrogaron, tras lo cual abandonaron el hogar sin mayores aclaraciones.
El hecho ocurrió el 24 de agosto y ahora los padres permanecen a la espera, ya que los Servicios Sociales del hospital investigan en el entorno de la familia, al igual que la Unidad de Atención a la Familia de la Policía Nacional que deriva el caso al Juzgado.
Ahora le toca decidir a la Juez si deja abierto el caso o lo cierra.
Los padres aducen que se les investiga por ser rumanos y no españoles, aunque nosotros, desde nuestro enfoque, vemos de todo punto de vista lógico que investiguen, ya que la historia de la madre puede ser real o no, ellos pueden ser unos padres excelentes y no ser consumidores o, por el contrario, son consumidores de Droga e inconscientes.
Mientras no se comprueben todas las variables, el caso está bajo sospecha y es la operativa normal; querer achacar racismo a estas actuaciones es no atenerse a la realidad, a un protocolo de actuación normalizado.
La Juez tiene la última palabra y que cada cual piense lo que crea conveniente, aunque solo el Juzgado cuenta con la información para realizar un juicio de valor en regla.
https://elpais.com/ccaa/2019/09/06/madrid/1567788284_899299.html