Submitted by jorge on Fri, 13/05/2016 - 06:51
Parece mentira que a mayor nivel social y económico de un pueblo, mayor es la depravación de los instintos, es decir, que el incremento de la depravación del ser humano es proporcional al incremento de su nivel de vida.
Porque según una investigación realizada por la ECPAT Internacional para varios organismos internacionales (Ministerio Exteriores Holandés, Agencia Sueca para el Desarrollo Int. y Fundación OAK), el incremento de los abusos a menores en los últimos años, en especial, el del turismo sexual a ciertos países del “tercer mundo” ha sido de tal magnitud, que los países se cuestionan las medidas existentes para controlar dicho tipo de abusos.
Además, el perfil del abusador de menores actual ha cambiado con relación al de una década atrás donde el habitual cliente de este tipo de perversión era el de un hombre blanco, occidental, con recursos económicos y de mediana edad.
Ahora no, dado que a ese perfil se le han ido añadiendo otros de características distintas, entre ellos, el de los viajeros nacionales que se mueven en sus propios países y que se manejan con las nuevas tecnologías para así mantener su anonimato a salvo.
El Sureste Asiático y América Latina son las regiones más visitadas y explotadas por este tipo de turismo abusador, zonas más laxas con estas Leyes y/o donde las "coimas" funcionan de manera habitual, y en la que los turistas sexuales de los países occidentales están a salvo de las duras Leyes de sus países de origen.
Y poco se puede hacer para controlar este incremento del abuso sexual a los niños, salvo inculcar desde la educación infantil la prevención a este tipo de personajes. Pero claro, los artículos de lujo y el dinero ofrecido a estos pobres niños doblegan cualquier personalidad infantil por muy férrea que sea.
Otro gallo cantaría, si estos depravados vieran en cada niño del que abusan a su propio hijo.