Submitted by jorge on Fri, 11/01/2019 - 06:45
Una de estas historias de viernes, pero carente de humor, más bien, trágica e injusta.
No todas las tradiciones de pueblos con historia son positivas, ya que muchas de ellas se han quedado ancladas en el pasado y, por lo tanto, han de renovarse.
Es el caso de la tradición “Chhaupadi”, donde las mujeres y las jóvenes son recluidas durante su menstruación en habitaciones o chozas, habitualmente alejadas de la población y destinadas a animales, ya que dicho periodo, supuestamente, trae mala suerte a la familia de la menstruante en caso de compartir techo debido a la impureza de esta etapa mensual femenina.
Eso provoca que en Nepal, a pesar de que esta tradición esté prohibida desde 2010, muchas de las mujeres tengan que pernoctar en chozas en zonas aisladas y a merced de animales salvajes o desalmados que, aprovechando su soledad y, a pesar de la pretendida impureza del momento, las violen.
Es el caso de la muerte de una mujer nepalí de 35 años, Amba Bohara, y sus 2 hijos de 12 y 9 años, provocada por encender fuego para calentarse en una choza de barro y piedras que utilizaban durante la menstruación de la madre y que habían aislado interiormente para evitar la entrada de aire.
Y no se trata de un caso aislado, ya que en los últimos años otra mujer murió asfixiada de manera similar y una joven fue mordida por una serpiente venenosa.
De nada sirve ilegalizar prácticas ancestrales, condenar penalmente a una familia entera por poner en práctica dicha tradición, si no se conciencia a toda una sociedad sobre los cambios permanentes y veloces que lleva experimentado el planeta desde hace varios siglos.
Estas barbaridades no se solucionan con palo, sino con la zanahoria de la educación.