Submitted by jorge on Fri, 22/06/2018 - 06:43
Llama la atención que una persona sin, supuestamente, suficientes medios para mantener una gran familia en unas condiciones de habitabilidad y mantenimiento medianamente dignas, y al que se considera un irresponsable familiar y social, no sea responsable penal de ciertos hechos directamente vinculados a una desatención familiar manifiesta.
Parece ser que la Fiscalía de Menores venía controlando desde hace años a este vecino de Marchal, Granada, Juan Manuel, alias el Canuto, por convivir con 4 mujeres en una casa-cueva de la localidad y tener 30 hijos a su cargo, resultado de estas relaciones.
Hasta este momento la Fiscalía no había actuado -se desconocen los motivos- hasta que por fin, esta semana, ha intervenido en favor de que la Junta de Andalucía asuma la tutela de 11 de estos menores por poder encontrarse “en una situación de Maltrato activo o pasivo”, ya sea por negligencia, desatención o semiabandono.
Siempre que los casos con menores llegan a una situación con estas características, las Administraciones Central y Autonómicas toman cartas en el asunto y suelen ejercer la tutela de los menores y, en este caso, han sido los Servicios Sociales de la Junta de Andalucía y la Guardia Civil los que han intervenido.
Si esto no fuera suficiente, el padre, de unos 60 años, no trabaja ni ha trabajado jamás, según su versión, por lo que no podemos entender qué fórmula utiliza para mantener medianamente estable a esta familia.
Si bien cada cual puede hacer con su vida lo que crea más adecuado siempre y cuando no moleste, agreda o perjudique a terceros, el que un irresponsable sin un futuro cierto se dedique a procrear sin medida y mantenga a sus mujeres e hijos en una situación deplorable, induce a la Justicia a actuar en consecuencia y, además de tutelar a los menores, debería imponerle unas medidas cautelares e incoarle un expediente, dado que juega con la salud mental y física de sus parejas e hijos.