Submitted by jorge on Mon, 20/02/2017 - 06:14
Los Británicos siempre han sacado rédito de la Leyenda Negra Española y cuya definición no es otra que una «opinión contra lo español difundida a partir del siglo XVI» y como «opinión desfavorable y generalizada sobre alguien o algo, generalmente infundada».
Fueron ellos, en gran medida, los que por intereses económicos y de expansión territorial y conquista, la difundieron.
Pero no siempre somos nosotros, los Españoles, “los malos” de la historia, ya que desde hace unos años y gracias a unas Leyes Británicas poco claras y laxas –Enmienda a la ley de protección del consumidor de Reino Unido de 2013-, despachos de abogados buitre de dicho país llamados “Claim Farms”, demandan a nuestro hoteles de la costa mediterránea por motivos inexistentes y con argucias, a fin de embolsarse, ellos y sus jóvenes clientes, un dinero que realmente no les corresponde.
Según esta Ley, el demandante cuenta con hasta 3 años para denunciar un servicio, sin pruebas fehacientes si no las hubiera, que no haya sido de su agrado o le haya causado algún trastorno alimentario o similar.
Los abogados buitres se dedican a buscar por las Redes Sociales a jóvenes con medios escasos y que hayan disfrutado o vayan a disfrutar de unas vacaciones en España con los típicos “paquetes cerrados todo incluido”, para que demanden a los turoperadores ingleses por servicios que les hayan producido algún trastorno (recomiendan la gastroenteritis u otras afecciones estomacales por lo difícil de demostrar), sean real o no, y que con posterioridad dichos turoperadores descontarán a los hoteles españoles.
Y para más inri, estos “despachos legales”, aparte de las Redes Sociales, captan a su clientes en las mismas ciudades vacacionales –Benidorm, Málaga y otras-, con publicidad descarada colocada en vehículos llamando a la gente a demandar.
Los hoteles de Benidorm, por su parte, están tomando medidas ante las 10.000 denuncias recibidas el año pasado: controles de salida de los huéspedes del hotel, revisión de las toallas y papel higiénico que puedan estar ensangrentados, control de consumo de bebidas alcohólicas, todo a fin de demostrar que el futuro denunciante no se encontraba convaleciente de ningún trastorno durante su estancia en dicho lugar.
No solo los latinos contamos con la picaresca para engañar; de cuando en cuando los anglosajones, tan cautos ellos, demuestran que también cuentan con nacionales sinvergüenzas, en este caso, algunos de sus letrados.